jueves, 26 de enero de 2017

Diferente

Algo que siempre me hace sentir vivo es la transición: un evento que renueve mi panorama; me agrada el cambio pues casi no tolero la monotonía. A raíz de esto he desarrollado un apego desmesurado hacia las pequeñas cosas constantes en mi vida. A decir verdad la mayor parte del tiempo esto trabaja a mi favor, por eso era tonto no aceptar en el pasado mi vocación de ser músico siendo que nada ha acompañado en mi día a día tanto como la música. Por eso mismo me vuelvo a motivar a expresar lo que pienso por medio de la palabra escrita, ya que la escritura está estrechamente relacionada con la buena música. (Ojo no digo que la buena música necesite de las palabras para poder ser).

Me he dado cuenta que este apego puede llegar a ser insano cuando involucro al amor, simplemente porque no mido lo que doy de mi y el apego empieza a crecer  hasta volverse dependencia.
"The eyes do not see what the mind doesn't know" o "Los ojos no ven lo que la mente no conoce". Esta frase me abrió mucho los ojos en su momento, y definitivamente me motivó a estar más alerta y prestar más atención a lo cotidiano, en busca de lo que no he podido ver debido a mi propia ignorancia.

Gracias a esto y a largas sesiones introspectivas estoy planeando hacer algo diferente.
Quiero cambiar la manera en que miro las cosas de frente.

No pensar en el hubiera, vivir en el presente
y no dudar en darlo todo
cuando la mente esté consiente
de lo que siente el corazón.

No volveré a escapar del dolor ni de la tristeza
Voy a observarlos para que así ya no crezcan
Voy a aceptarlos para que desaparezcan.

Tragaré mi orgullo de un bocado y seré mas resiliente.
Sacaré la basura que hay dentro de mi mente
y tallaré en mi corazón las manchas resistentes.

Responder el "¿por qué?" sería la cosa más fácil;
perdónenme por contestar una pregunta con otra pero:
¿Quién quisiera pasar toda su vida en un basurero?
¿Quién disfrutaría estar en un lugar donde todo está podrido,
donde ya no hay espacio porque está todo lleno de cosas viejas,
sin valor y sin propósito?

Esto lo hago
para que mi paso se haga más ligero,
para demostrarme que me quiero
y prepararme para el día
en que te diga que te quiero

Frente a frente, cara a cara.
palabra tras palabra.
Quiero ver al tiempo
congelarse en tu mirada

Y no hacer nada
y ser paciente.
Quiero absorberte porque nada es para siempre.
Y confesarte que hoy me siento diferente,
que ya no hay nadie más en mi mente.
ya no hay ruido, ya no hay dudas,
sólo amor.










martes, 24 de enero de 2017

Es hora de ejercitar el músculo de la escritura

Tantos años sin escribir nada que no fueran canciones o frases cortas en facebook hacen que me pregunte si todavía lo tengo, si todavía soy tan transparente como creativo.
Supongo que si pues no me he detenido de escribir...

Tantas cosas han pasado desde la última vez que usé este blog y hoy lo quiero resucitar como un ejercicio. Uno de los mayores cambios, por ejemplo, fue que por fin me decidí a seguir mis sueños y metas que antes solo eran una sugerencia susurrada de mi subconciente.
Hoy me encuentro pensando en que las emociones son lo más real que existe.
Que el amor y el miedo van de la mano y que puedo elegir detrás de cual estar.

Me gusta mucho escribir cuando el amor toca la puerta
porque pone a trabajar todos mis sentidos
mis latidos se sincronizan con mis pensamientos
y de pronto todo se vuelve arte.

Estoy seguro que esa es la razón por la cual siempre existirán canciones de amor hasta el fin de los tiempos. Basta con sentir cómo esa energía abrumadora toma posesión de tu cuerpo y te eleva jalando del pecho. Es algo espiritual. Se siente sagrado.

Es mágico, pero puede llegar a ser algo trágico. Volverse vulnerable es intrínseco a amar ¡y vaya que soy vulnerable en estos momentos! Me parece muy irónico porque este sentimiento me hace sentirme invencible pero al mismo tiempo me da un miedo terrible.

No tengo certeza del mañana, y sólo estoy seguro de que nada es seguro.
Si tuviera que compararla con una flor sería la clásica rosa.
Vestida con la sangre y el dolor, con la sensualidad y el erotismo del color de las pasiones.
Con afiladas espinas que me recuerdan a través del dolor que he de estar ebrio de amor
pues nunca las noto al momento de querer sostenerla.

Probablemente no aceptaría la comparación porque mis ojos aún no son suyos;
No ha visto aún como su luz se refleja en mi mirar. Pero está bien. Llevo algunos días pensando que esto que siento no está de adorno y que es mi responsabilidad traerlo a la realidad, independientemente de que acontezca, que sea la realidad quien decida que hacer una vez que en sus brazos esté mi corazón infante.

Y sí, mi amor va de la mano con mi miedo pero al final nos va guiando mi corazón.