pienso en la importancia de los sueños;
Y empiezo a creer que tienen más significado que
el de solo una función nocturna, merecedora
de olvido sencillo y sin consecuencias.
Pienso los mensajes que se anticipan a la realidad
y en la ruta de colisión con la supuesta ficción.
Son señales que nunca supe interpretar;
Y aún así, no perdieron validez.
Hablo de señales y premoniciones que
no escatiman ni en recursos, ni en medios
para volverse presentes; reales, lúcidos.
Señales que me hacen extrañar cada vez más
tu ausencia y por medio de un susurro subliminal
me doy cuenta que siempre has estado ahí;
Con tantas caras y tantas voces distintas fue difícil,
pero logré darme cuenta; fue siempre la misma esencia.
No te das cuenta que existes más dentro mío
que aya fuera en nuestro mundo, el abandonador.
Eres el antagonismo perfecto que no se marcha
y esa noche me lo tuvo que venir a decir un sueño.
De verdad, como extraño tu ausencia.
y aquí estás, sin estarlo; Sin oírte, te escucho;
Me susurras, me prometes y me quitas
tantas cosas; tantas que casi me olvido
de qué es mío y hasta donde llegaba
la linea que nos separa.
No te escribo a ti, me escribo a mí
y no espero comprensión;
Busco las respuestas a las preguntas
que no me haces.
Y no quiero de tu soledad:
Prefiero la mía, que ya me conoce.
Ya puedo ver con lucidez;
Estoy rodeado de fantasmas.
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